domingo, 22 de febrero de 2009

Curvas que alguien besará...o no.

Este fin de semana Pego se llenó de disfraces, música, alcohol y hormonas.
Me resultó curioso darme cuenta de que en lo profundo de cada uno se esconde el más puro instinto animal, el deseo, la pasión. Observé la decadencia de las personas conforme avanzaban las horas y cómo somos capaces de poner una tirita a nuestro corazón sabiendo que por la mañana las cosas van a ser iguales que la noche anterior.

Porqué será que en determinadas fiestas siempre acabas teniendo experiencias absurdas y sin sentido, en las cuales incluso llegas a sentir lástima de la gente. No de las personas que duermen o vomitan en el suelo arropados por los amigos, sino de las personas que no cuentan con esos amigos. Cuando paseaba por las calles atestadas de gente y veia a personas absolutamente solas tiradas en el suelo me preguntaba "Porqué estás solo?" "Alguien te estará echando de menos?".

Las superamigas, como todos sabemos, somos capaces de aguantarle la cabeza a un amigo mientras vomita pero lo que más nos identifica como superamig@s es cuando en vez de reprochar a la mañana siguiente, te dicen que no ha pasado nada, que no lo recuerdan. Ahí te das cuenta de que no estás sola. Me consuela pensar que tengo gente a mi lado y que yo no sería la persona que se quedaría tirada encima de las bolsas de plástico y las botellas vacías de ron.

Otra de las cosas que me impactaron de este fin de semana es, como he dicho antes, la capacidad de poner una tirita, o en este caso un condón (en el mejor de los casos) y desahogarte con la primera persona que esté dispuesto a ello. He de reconocer que esas personas también llegan a darme lástima. Porque una cosa es conocer a alguien que te atraiga en un momento de la noche en la que eres plenamente consciente (o, al menos muy consciente) y decides que, esa noche, él (o ella) será todo tu mundo y por la mañana cada uno desayunará en su casa. Pero cuando llegan las 6 de la mañana y sólo ves lobos cazando indiscriminadamente, sólo por el simple echo de acostarse con una mujer esa noche, me parece triste. De verdad siento si tú, que estás leyendo estas líneas, eres uno de esos lobos (o lobas, claro que sí) y te están sentando mal estas palabras. Te digo desde ya, que no es mi intención censurar las prácticas sexuales de nadie, yo símplemente plasmo lo que opino; me parece absurdo acostarte con alguien esta noche si no te vas a acordar mañana.

El caso es que aquella noche hubo personas que durmieron acompañadas, que durmieron solas queríendo no estarlo, quienes durmieron con la botella vacía de ron, quienes se acostaron con una persona y despertaron con otra o las que, simplemente, durmieron pensando que aquella noche había valido la pena. No sé cómo dormiste tú, sólo espero que no te arrepintieras al día siguiente. Yo no lo hice.

Un beso!

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